Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
(Romanos 8:28)
Es interesante el modo en el que Dios actúa… A veces no comprendemos cómo él usa circunstancias difíciles de nuestra vida para promover nuestro bien. Parece ser contradictorio, pero es cuando estamos más vulnerables cuando somos más semejantes a Cristo y nos volvemos más dependientes de Dios. La Biblia nos dice que somos fuertes en la debilidad, tenemos alegría en la tristeza y cuando estamos perdidos encontramos el camino correcto: ¡Jesús!
El que ama a Dios puede tener esta confianza: los sufrimientos que enfrenta no se comparan con el mayor bien que el Señor ha preparado para aquellos que fueron llamados según su propósito. Es un bien que sobrepasa las cosas buenas de esta vida. No nos exime de las aflicciones en este mundo, mas es la gracia de poder vivir conforme a Cristo hasta que él nos busque para estar con Dios por la eternidad.